Así que estás buscando información de cómo se medita! Fantástico! ¿y con qué fin?…
Porque no es lo mismo hacerlo para “alcanzar la Consciencia Unitaria y el reconocimiento del Ser como parte de un Todo”, que para comenzar a notar una serie de beneficios que mejoren tu vida cotidiana (como reducir el estrés, mejorar tu capacidad de atención, tener más control sobre tus pensamientos y ser más consciente de qué haces, piensas o dices).
Si esas profundidades de la Trascendencia y la búsqueda del Ser no son lo tuyo, y lo que vas buscando es más bien lo segundo, debes saber que eso se llama Mindfulness o Atención Plena.
Ah, ¿pero entonces el Mindfulness y la Meditación no son lo mismo?
Pues sí… pero no.
Aunque la forma práctica de cómo se medita en ambas sea la misma (dos personas sentadas en total silencio sobre un cojín en el suelo, con los ojos cerrados, la espalda erguida y las piernas cruzadas), lo que persiguen experiencialmente, es distinto.
Pero como tú has llegado a este post porque lo que quieres es aprender cómo se medita sin entrar en rollos trascendentales, voy al grano. (Sin embargo, si has llegado a este post, buscando información sobre la meditación como herramienta de autoconocimiento, pincha sobre el link y podrás leer sobre ello)
Instrucciones sobre cómo se medita:
Cómo habíamos dicho, tanto si vas a practicar mindfulness como si vas a hacer una práctica meditativa más profunda, la práctica formal viene a ser la misma:
Busca un espacio silencioso, siéntate en el suelo sobre un cojín o banco de meditación, o si esta postura te es demasiado incómoda, hazlo en una silla.
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Mantén la espalda recta, las piernas cruzadas (salvo que medites en un banco cuya posición se llama Seiza, o en una silla), la boca cerrada para evitar la sequedad, los ojos ligeramente entreabiertos o cerrados, la barbilla ligeramente inclinada hacia abajo, y apoya cada mano en una pierna (o sitúalas a la altura de tu ombligo, sosteniendo una sobre otra con las palmas hacia arriba)
Las piernas puedes cruzarlas de varias maneras:
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- En lo que en Budismo se llama “Flor de Loto” que es una postura que requiere bastante flexibilidad y práctica en la que cada pie queda apoyado en el muslo de la pierna contraria
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- En semiloto (en la que sólo uno de los pies queda apoyado en el muslo de la pierna contraria y el otro queda también flexionado pero sobre el suelo
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- Simplemente cruzadas
- Meditar en un banquito o en una silla si esta posición te es demasiado incómoda.
- Simplemente cruzadas
Las manos pueden estar o bien apoyadas sobre cada pierna, o bien descansando una sobre otra a la altura de tu vientre.
(En algunas tradiciones espirituales, como el Budismo o el Hindúismo, algunos dedos se conectan entre sí con un significado místico del que algún día hablaremos. También se conectan entre sí para que no se produzca una ruptura de la energía que circula. Estas posiciones de los dedos se llaman Mudras)
Acomódate y permite durante unos minutos que el torbellino de tu mente vaya de un lado a otro. Déjala vagar allá a dónde quiera ir.
Poco a poco, sin imposiciones, comienza a prestar atención a tu cuerpo, tus sensaciones, tus emociones y tus pensamientos.
- Comienza observando tu respiración.
Observa todo el proceso: el cosquilleo del aire entrando por tu nariz, tu tórax hinchándose y deshinchándose, el calor del aire que sale por tu nariz.
Esta observación es una manera de enfocar tu atención.
- Cuando sientas que tu mente se ha calmado, expande tu observación a las sensaciones que se producen en tu cuerpo (cosquilleo en los pies, tu salivación, qué sientes en las manos al ponerlas en contacto con tus piernas… cualquier sensación que se esté produciendo ahora).
Hazlas conscientes y obsérvalas.
- Hazte consciente de cómo tu mente va de un pensamiento a otro.
Cómo aparecen en tu mente recuerdos, preocupaciones, planes…
Intenta darte cuenta de cómo van apareciendo.
- Hazte consciente también de qué estás sintiendo y pensando respecto a la meditación: te sientes inquiet@, aburrid@, relajad@, nervios@…
¡Aviso! cuando comiences, tus sentidos se van a amotinar contra tí: vas a escuchar más que nunca la voz de tu vecino, te vas a desquiciar con los pitos de los coches, vas a notar molestias en los tobillos, ingles, espalda…
Vas a experimentar una agitación sensorial inevitable.
¿Qué esperabas? !llevan toda la vida rigiéndote y ahora quieres ser tú quien los rija a ellos!
Y además, cuando intentamos silenciarnos sin el hábito de un método, la mente es caótica.
Por inercia, tiene aún mayor velocidad que cuando hacemos actividades.
Lo importante ahora que estás aprendiendo cómo se medita, es que te hagas consciente de que todo eso te está sucediendo. Simplemente hazlo consciente.
Ten en cuenta que a los pensamientos no se les vence luchando.
A la mente se le puede educar, pero no se le puede imponer.
La meditación no funciona desde el esfuerzo.
Así que intenta reconducir tu atención a tu respiración o tu tórax cuando te desvíes, pero sin luchar.
Sólo reconduce… atiende… reconduce…
Mantente en este estado de observación durante 10 o 15 minutos.
Te desaconsejo que ahora que estás aprendiendo cómo se medita, de buenas a primeras intentes hacer una sesión de hora y media, porque seguramente no volverás a intentarlo.
Ya irás alargando poco a poco tus periodos de observación.
Es más, cuando constituyas el hábito, estarás deseando que llegue el momento de sentarte a meditar.
Cuando haya pasado el tiempo o consideres que quieres parar, hazlo poco a poco.
Observando también como tu cuerpo y tu mente se van reactivando.
Aprender a meditar correctamente no es sencillo, pero no desistas.
A pesar de que las primeras sesiones todos pensamos que no avanzaremos jamás, no desistas 😉
Sí avanzarás, y tus tiempos de concentración serán cada vez mayores.
Y te irás dando cuenta de que cada vez tienes más capacidad para enfocar tu atención en detalles más sutiles que en las primeras sesiones ni siquiera percibías:
La casi inapreciable sensación de tu cabello al tocar tu cuello o tu frente…
El roce de unos dedos con otros…
Tu saliva surgiendo por la comisura de los labios…
La capacidad de llegar al máximo detalle de lo que está aconteciendo se irá desarrollando.
Sabrás que estás en el buen camino, cuando entre tú como observador y lo que observas, se cree una distancia.
Cuando lo estés viendo desde afuera, como si vieses una película de cine.
No te preocupes. Identificarás inmediatamente este estado en el que tomas distancia.
También te darás cuenta que en cuanto detectas un pensamiento, éste se diluye. Y esto es revolucionario, porque esta es la clave para que comiences a ser tú quien controle sus pensamientos y no al revés… haciéndolos conscientes.
Cuando, dónde y qué ropa llevar para hacer meditación:
En cuanto a cuándo meditar, sencillamente evita hacerlo después de las comidas o cuando te encuentres excesivamente cansado porque si no te dormirás.
Escoge el momento del día en el que te tu mente esté más serena
No es necesario llevar una ropa especial, sólo algo cálido y cómodo que te permita flexionar las piernas si vas a meditar sentado.
Eso sí. Te recomiendo que te pongas por encima alguna prenda porque tu temperatura corporal disminuirá mientras meditas y podrías distraerte.
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Y no, no es necesario que te sientes en el vértice de una roca frente al mar. Cómo te decía, simplemente prepárate un lugar tranquilo. Crea tu propio rincón de silencio.
Y hasta aquí cómo se medita, en el sentido formal de la práctica.
La semana que viene más.
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