Meditar para llegar al autoconocimiento.
Hola! ¿Sabes qué? ¡Escribir sobre cómo llegar al autoconocimiento ha sido muy difícil!
Es muy difícil explicar de un modo comprensible para la lógica de la razón, que es desde donde se va a leer este artículo, algo que sólo se puede experimentar.
Si aún no sabes nada de la meditación pero has escuchado algo y te pica la curiosidad, o te lo han recomendado y no sabes muy bien porqué, primero deberías saber qué es meditar.
En el post de hoy, voy a intentar aproximarme de un modo lo más ligero posible, a qué es lo que se intenta conseguir cuando el fin de la meditación, va más allá de desarrollar la atención plena, y se convierte en un vehículo para llegar a un autoconocimiento mucho más profundo que la mera definición de la personalidad.
Voy a hacerlo desde la experiencia de un sistema de meditación muy aséptico, dejando a un lado religiosidades, deidades, y rituales místicos.
Es el sistema de meditación utilizado en el Vedanta Advaita, que es una rama filosófica del Hinduísmo, pero que a pesar de provenir de una tradición espiritual, no se mezcla con lo místico, sino que podría entenderse como una corriente filosófica y psicológica que ahonda en los estados cognitivos de la mente.
Autoconocimiento: la finalidad última de la Meditación.
La finalidad de la Meditación va mucho más allá de estar presente en el día a día, de reducir el estrés, y de ser más consciente de lo que se percibe y se experimenta.
Su fin último es fundirse con “la fuente” para dar respuesta así a una pregunta mucho más trascendental y metafísica; ¿Quien soy realmente? Te lo explico con una fábula 😉
La fábula del ánfora y el plato de barro.
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Un alfarero fabricó una gran ánfora de barro a la que adornó con preciosas figuras y dibujos.
Tan bella le quedó que la puso en el escaparate de su humilde alfarería para llamar la atención de la gente que paseaba por la calle.
El alfarero, que era muy sencillo, comía en un plato de barro, bebía en un vaso de barro, y cocinaba en una cazuela de barro.
El ánfora, que era grande y bella, lucía altiva y espléndida a través de los cristales sucios de la alfarería, destacando sobre todo el resto de utensilios que pasaban desapercibidos.
Un día hubo una gran inundación que se llevó por delante todo lo que el pobre alfarero había fabricado. La fuerza del agua lo rompió todo haciéndolo pedazos.
Con el paso de los días, el intenso calor fue disolviendo los añicos del ánfora, del plato, del vaso y de la cazuela, en otros más pequeños, que a su vez fueron disolviéndose en polvo, hasta que al mezclarse con el agua, volvieron a convertirse de nuevo en barro… Así fue como todos ellos volvieron a la fuente.

Imágen por Fancycrave.com
¿Cual es la moraleja de esta fábula? que un ánfora de barro de 1 tonelada de peso y un pequeño plato de barro, son en esencia lo mismo; barro.
Lo único que les distingue es la forma que se les ha dado y el nombre con el que se les designa.
Pero si fuesen fundidos de nuevo, volverían a ser barro.
Llegar al autoconocimiento es llegar a fundirse para volver a ser la fuente.
Deshacer toda la construcción que somos, para llegar a nuestra esencia.
En términos humanos “fundirse” implica desidentificarse del YO (EGO) para volver a ser esa Unidad de la que todo emana (como el barro original del que se forman todos los utensilios y formas), puesto que en las tradiciones espirituales de las que nace la meditación, existe la intuición de que hay una sustancia Unitaria que, aunque puede manifestarse de infinitas formas, sigue siendo la misma sustancia.
Una sustancia unitaria, significa UNO que implica que NO HAY DOS. O lo que es lo mismo: No-dual.
¿Y que pinta la Meditación en todo esto? la meditación es el vehículo para alcanzar dicho estado. El estado de No Dualidad.
Esto es muy complicado de comprender y de experimentar en nuestra cultura occidental, que desde tiempos de Aristóteles se ha esforzado por desarrollar un sujeto (Yo o Ego) separado de todo el resto de la existencia.
La cultura occidental es Dual.
Hay un YO y un OTRO. Hay un Observador y algo Observado. Un conocedor y algo conocido…
Durante milenios, los esfuerzos de Occidente se han encaminado a desarrollar méritos, capacidades y logros individuales, demostrables, exteriores y materiales.
¡Pero en Oriente el proceso fue justo el inverso!
Su mirada, su desarrollo y su fuente de conocimiento se enfocaron hacia adentro utilizando la meditación como principal vehículo.
Así pues, en la Meditación para llegar al autoconocimiento, búsqueda del Ser Superior, de la Consciencia Unitaria o cómo quieras llamarlo, se vive un proceso que comienza con la observación de las sensaciones, pensamientos, emociones, etc (del mismo modo que en Mindfulness) y poco a poco se transforma en una experiencia mucho más profunda que puede permitirte experimentar qué subyace debajo de tí y cual tu es tu esencia básica.
Cómo este tema hay que digerirlo poco a poco, pongo el “pause” en este post.
Pero si te apetece comprender un poco más en qué consiste el proceso de meditación hasta alcanzar la Conciencia Unitaria, Shamadi o Iluminación, pincha sobre el enlace.
Aquí te dejo algunos de los libros que me han servido de guía en todo este proceso por si tú también quieres seguir profundizando!
Ojo!! estos libros no son para principiantes.
Hay otros más indicados si quieres iniciarte desde el principio que ya te recomendaré en un post más adelante.
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¡Hasta la próxima!
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