Como explicar qué es meditar y para qué sirve, y que no se te duerma a quien se lo cuentas;
no es fácil…
¿Te acuerdas de los estéreogramas? esas láminas en las que a simple vista no se veían más que colores mezclados y superpuestos a las que había que mirar fijamente durante un rato para que surgiese la imagen 3D que había dentro de ella…
Las primeras veces era imposible. Seguías unas instrucciones super abstractas; “mira la lámina como si estuvieses atravesándola y mirando detrás de ella”, “ponte delante de la lámina y mírate la punta de la nariz”, “pégate mucho a la lámina y ves separándote poco a poco de ella”… después de un rato te dolía la cabeza y estabas medio bizco, así que tirabas la toalla.
Si eras un poquito cabezota, lo probabas otras veces, aunque casi seguro que volvías a fracasar.
Pero si persistías, de pronto veías que a la lámina le pasaba algo… ¡era como si se estuviese dibujando algo dentro de ella! querías verlo bien, fijar la imagen frente a ti, pero en cuanto apenas movías un ojo para observarlo, se te perdía de vista.
Hasta que un día, ¡pudiste verlo claramente! Ahí dentro, entre un montón de gráficos de colores indefinidos, aparecía una figura, un paisaje, una palabra escrita…
Estabas delante de una lámina 2D y acababas de entrar en otra dimensión, la 3D.
¡¡Y era chulísimo!! era como mirar por la ventana de otro mundo. Y cada vez que te ponías frente a una de esas láminas, reaparecía ante ti la figura en 3D sin ninguna dificultad.
Así que a la pregunta de qué es meditar y para que sirve, te diré que meditar es algo así.
Las primeras veces que meditas, esperas, resoplas, te levantas y te vas.
Las primeras veces que lo haces, estás a la espera de que aparezca algo. No sabes muy bien el qué, pero tú esperas.
Pero lo único que aparece es un torrente de pensamientos descontrolados. Como un mono de rama en rama, tú vas de un pensamiento a otro.
Por supuesto te dices a ti mismo “yo no voy a poder hacer esto… venga, deja de pensar y concéntrate… tengo que llamar al veterinario… ay, ya me he ido, tengo que concentrarme… esta noche me haré una tortilla… uf, ya me he vuelto a ir… esto es para especialitos, no para mí”. Te aburres, te inquietas, resoplas, y te vas.
La buena noticia que tengo que darte es que si esto ha sido así, estate tranquil@ porque ha sido tal y como debía ser. Al igual que cuando un coche se rompe en mitad de la autovía, no para en seco sino que aún puede circular durante metros, la mente lleva la inercia de todo tu día. ¡Incluso, al parar, parece que tenga mayor velocidad!
Pero ¿para qué sirve meditar?
Antes dime… ¿eres de las personas que cuando no quiere darle vueltas a algo, distrae su mente con cualquier actividad para evadirse creyendo que así eres tú quien la controla?
Amig@… Distraerla es sólo engañarla… hasta que ella quiera.
Una de las cosas a las que la meditación te va a ayudar, es a tener un verdadero control de tu mente.
No es que vayas a chasquear los dedos cuando los pensamientos se te apoderen, y vayas a desintegrarlos. No, no es eso. No es una varita mágica para hacer desaparecer los problemas.
Pero meditar regularmente produce cambios en tu manera de percibir las cosas y de percibirte a tí, y de un modo natural, el volumen de esos ruidosos pensamientos, se reduce.
Pero ¿exactamente qué es meditar?
Tal vez ya tengas el hábito de meditar, tal vez estés empezando ahora o tal vez aún no lo has hecho pero te pica la curiosidad. Responde esta pregunta;
¿Tú qué crees que es meditar? Te doy 3 opciones, y a ver qué piensas:
a.- meditar es conseguir dejar la mente en blanco y desconectar de todo.
b.- meditar es observar lo que está pasando.
c.- meditar sirve para conectar con fuerzas y energías superiores del más allá.
Bueno, pues debes saber que, meditar es un ejercicio de Observación sobre aquello que está aconteciendo AQUÍ Y AHORA. Su intención no es dejar la mente en blanco para relajarse, ni tener experiencias extrasensoriales con el Más Allá, ni llegar a tener poder para mover objetos con la mente.
La meditación es una herramienta de AUTO-CONOCIMIENTO. Es decir, cuando uno medita lo hace porque quiere volver la mirada hacia adentro.
¿Y porque va a querer uno volver la mirada hacia adentro meditando? pues por muchas razones; porque ha escuchado que cuando se medita se puede conocer un estado de conciencia más profundo y quiere saber exactamente qué es eso, o porque intuye que debajo de ese “personaje” que presenta de cara a los demás, hay algo más y siente que la respuesta no está fuera sino adentro, o porque le han recomendado la meditación para ayudarle a reducir el estrés, a aprender a concentrarse y a mejorar en muchas áreas de su vida (trabajo, relaciones, consigo mismo, etc)
Pero ¿cómo se medita?.
Básicamente para meditar lo único que necesitas es un lugar silencioso y adoptar una postura determinada, que es sentad@ o bien en una silla, o bien en el suelo sobre un cojín que te ayude a mantener la espalda erguida…los ojos cerrados (o si se prefiere un poquito entreabiertos)… la boca también un poquito entreabierta… la espalda recta… y los hombros relajados.
Tradicionalmente la meditación se ha realizado sentad@ en el suelo. Si es así como quieres meditar, te recomendamos que utilices un ZAFÚ o un BANCO DE MEDITACIÓN ya que es importante que sea sobre una suficientemente firme para que no te hundas y no acabes encorvad@.
Puedes meditar con un guía o “a pelo”, ponerte una vela o una tenue luz, incienso (recomendamos que sea muy suave), música de meditación o de naturaleza.
Igualmente podrás hacerlo sin estos accesorios. Lo importante es que tú crees tu propio espacio en el que te sientas cómodo y te apetezca sentarte a meditar. Crea tu propio rincón de silencio.
Y comienza la Meditación.
Comienzas a observar…
Pero claro… en una habitación silenciosa y oscura no habrá mucho que observar… ¿o sí?… ¿De qué estás siendo testigo?… ¿Que está ocurriendo ahora?… ¿Qué vas a observar si no está aconteciendo nada?
Estás aconteciendo TÚ. Acontece tu pulso… tu estómago hinchándose y deshinchándose al respirar… el cosquilleo en los pies… tu respiración natural entrando y saliendo por la nariz… los pensamientos desbocados… la impaciencia esperando que algo aparezca…
Esto es lo que tienes que observar. Como si observases un mapa… Conviértete en un espectador distante de tu respiración, de los latidos de tu corazón, de tu nerviosismo, de tu impaciencia…
Cada pensamiento que aparece es parte de lo que acontece aquí y ahora… no te agobies. Sólo date cuenta de que ha llegado y vuelve a poner tu atención en tu respiración, o en tu estómago, o en tu cosquilleo…
Seguramente si tu meditación dura 10 minutos, pasarás 9’7 pensando. Así estarás mucho tiempo, ¡lo siento! Pero al igual que en el estereograma, si persistes, reducirás esos tiempos y tus periodos de observación serán cada vez mayores.
Y ahora viene lo bueno: Lo maravilloso, y lo alucinante del viaje, es que lo que está aconteciendo aquí y ahora, va más allá de lo que percibes con tus sentidos, aunque de momento no lo puedas ver.
Meditas, observas, te observas… Durante mucho tiempo eres un espectador de lo que acontece aquí y ahora.
Y entonces como en el estereograma, un día sucede. No es nada tangible ni palpable, pero sí sientes que ha sucedido algo. Tus sentidos ya no intervienen. Estás dentro de la meditación. Ya no eres un observador, sino que eres parte de ella. Y lo paradójico es que ese lugar es muy parecido a la Nada, al vacío.
Dicho así no parece muy atractivo, ¿verdad?…
A ver así: ese espacio de vacío es un espacio de reposo absoluto, en el que tu mente deja de “existir” tal y cómo la conoces. No hay ningún contenido mental, y te das cuenta de la cantidad de ruido entre el que has estado viviendo hasta ahora.
Has entrado en un estado de absoluto silencio. Pero no ese silencio exterior que muchas personas no soportan (no soportan porque aunque no haya ruido afuera, hay mucho ruido dentro). Tu mente te ha dejado en paz y sólo existes tú sin ella y sin su ruido. ¿Puedes imaginarte cómo es que tu mente se calle pero que tú sigas estando?
Al igual que cuando entras en la lámina 3D. Has entrado en otra “dimensión”, en la de tu propia conciencia. Y puedes verla. Puedes conocer a tu propia conciencia.
Dicen las tradiciones espirituales que estás en lo que se llama el SER.
Esa es la verdadera finalidad de la Meditación.
¡Bueno! ¡ya sabes que es meditar!… 😀 ea, pues va a ser que no.
Ahora ya tienes una pequeña noción de qué es meditar, pero si te ha picado la curiosidad y quieres aprender a meditar paso a paso pincha sobre en enlace y comienza tu andadura con esta maravillosa herramienta!
POSDATA: En el estereograma hay una mariposa.
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