Hola!!
Esta vez me dejo de metafísicas y de trascendencias y voy a la materia pura y dura.
Hoy te hablo de qué se necesita para hacer meditación y te voy a hablar de los 4 elementos que no pueden fallar o que te pueden venir muy bien para empezar tu práctica meditativa.
Como ya sabes, (y si no lo sabes te invito a que leas este post en el que explico de un modo supersencillo qué es meditar), la meditación puede entenderse como un método de observación de lo que está aconteciendo aquí y ahora mediante el enfoque de la atención hacia tu interior, y sin que intervenga el pensamiento con su consiguiente identificación y juicio.
¿Qué es esto de que no intervenga el juicio y la identificación? pues que se trata de observar como quien observa un mapa: no empiezas “me parece fatal que Albacete sea más grande que Guadalajara” o “esto de que el Segura pase por Murcia, que mal lo llevo.” No, a que no?
La práctica continua de ese ejercicio de observación va a reportar numerosos beneficios a tu salud, a tu mente, a tus emociones y lo puedes aplicar en todos los momentos de tu vida poniendo atención intencionada; caminando, cocinando, bailando, lavándote los dientes… Esto sería la base del Mindfulness y te invito a que si no sabes sobre el tema, leas este otro post en el que hago una pequeña aproximación al mindfulness.
Pero hoy voy a hablarte exclusivamente de 4 elementos para meditar sentad@.
¿Que se necesita para meditar?
1.- Un rincón de silencio:
Para hacer meditación no es necesario viajar a la India y sentarte bajo el árbol de Bodhi. La meditación es una observación dirigida hacia adentro, y ese viaje puedes disfrutarlo en cualquier momento y lugar.
Lo primero que se necesita para meditar es encontrar o crear un espacio tranquilo, que no sea excesivamente caluroso o frío y a ser posible que tenga una luz suave.
Tampoco hace falta que medites recitando el mantra Om muni muni maha muni shakya muni svaha. Puede ser tan sencillo como enfocarte en tu respiración o en tu estómago hinchándose y desinchándose para empezar. Incluso si te pierdes, puedes ayudarte contando cada respiración.
Comenta con las personas que te rodean que durante un rato no te molesten. Tal vez más adelante pueda ser incluso motivador conseguir meditar en espacios ruidosos que desarrollen tu atención consciente y tu concentración, pero al principio y hasta que aprendas a aceptar y dar la bienvenida a los eventos y pensamientos que suceden fuera de tu control, cualquier sonido imprevisto va a entorpecer tu práctica y te va a producir más estrés que otra cosa.
Intenta ajustar la temperatura ese espacio hasta que sea agradable para ti y ten en cuenta que tu temperatura tenderá a bajar mientras meditas.
Puedes ambientar tu espacio del modo que tú quieras; con una velita, con música ambiente, con una figurilla que te inspire… o a pelo. Cómo decía en el enunciado, cual debe crear su propio rincón de silencio.
2.- Algo para sentarte:
La meditación requiere de un poco de voluntad. No es lo mismo que irte a dar un paseito para despejarte. Requiere una postura determinada, que te ayude a mantenerte concentrad@ y en estado de alerta. Para ello debes mantener la espalda recta pero sin que resulte un esfuerzo que dificulte tu concentración.
¿Pero es requisito imprescindible meditar sobre una superficie especial para conseguir ese estado de concentración? No.
Si estás comenzando a meditar, puedes hacerlo perfectamente en una silla hasta que lo “rutinices”, y seguir haciéndolo si la postura clásica en el suelo te es misión imposible o si tienes problemas en la espalda o piernas. Si te decides a meditar en silla, ten presente que tu espalda debe mantenerse recta sin forzarla, y dejar que tus dos pies se apoyen sobre el suelo, sin cruzar las piernas
Si ya has conseguido convertir la meditación en un hábito y lo haces de un modo regular, seguramente ya utilices un cojín para meditar, también llamado Zafu, que es una palabra japonesa cuyo significado literal es “asiento de espadañas” (las espadañas son unas hierbas que salen cerca de los ríos).
Meditar en un zafu es el método más habitual entre los practicantes de meditación. La peculiaridad de este cojín es su gran consistencia que evita que quien se sienta sobre él se hunda, lo cual se agradece enormemente cuando meditas porque sencillamente ayuda a mantener la postura adecuada, con el grado justo de confort para no relajarte demasiado y así mantenerte alerta.
Hay muchísimos tipos de zafu… redondos, en forma de media luna, rectangulares, los que llevan la esterilla incorporada para que las piernas queden sobre ella (a esta esterilla se le llama Zabutón)…
¿Puedes meditar sobre el cojín blandito y molloso de tu sofá? claro que puedes. Pero no es lo más apropiado puesto que acabarás desalinead@, moviéndote hacia todos los lados, y estando más pendiente de lo incomod@ que estás que de la meditación.
Otra opción si no te gusta meditar sobre un cojín, es meditar en un banco para meditar en la posición Seiza. Están diseñados ergonómicamente con el asiento un poco inclinado hacia adelante. De este modo, tu pelvis queda ligeramente inclinada hacia delante y en consecuencia tu espalda queda equilibrada y recta de un modo natural.
Yo te recomiendo que comiences siempre por una silla hasta que te sientas preparada para alargar un poquito más tus sesiones y entonces pases a un cojín o un banquito.
Te dejo el enlace de nuestros cojines y bancos por si ya estás en esta fase y te decides a utilizar uno (pincha sobre la imagen)
3.- Un temporizador o algo que marque el fin de tu sesión.
Normalmente las sesiones grupales de meditación, vienen pautadas por un facilitador, que da la señal de inicio y de final. Pero para meditar sol@ en casa, vas a necesitar algo que te marque el final de la sesión.
Puedes usar la alarma del móvil.
No abras los ojos nada más suene la alarma y te levantes corriendo. Cuando suene, ves reconectando poco a poco con mundo exterior. Mueve los deditos de los pies, los tobillos, los talones, estira una pierna, la otra, gira las muñecas, gira el cuello, desperézate, bosteza… todo muy poco a poco. Tu respiración y tu mente estarán en total calma y te sentirás aletargad@. Dales a tus sentidos el tiempo que necesitan para reactivarse.
Y ponte un tono suave y progresivo. No te pongas el toque de corneta porque no es lo más apropiado para salir poco a poco de la meditación y a tu mente no le va a sentar muy bien.
4.- Una prenda que mantenga tu temperatura.
Por último, cuando medites échate una prenda por encima. Si es invierno, una manta, un poncho… y aunque sea verano, échate un pañuelo grande. Al meditar baja el metabolismo basal disminuyendo la temperatura corporal, al igual que al dormir. Esto suele provocar distracciones y que tus pensamientos comiencen la juerga.
Los pies y las manos también son puntos tendentes a enfriarse con rapidez. Intenta mantenerlos cálidos.
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Hasta la próxima, amig@!!
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